jueves, 12 de noviembre de 2009

sudor y sangre...




Del cuello de su marchita amante bebía
Como si fuera un manantial de fragante vino
Sabia a la perfección que teclas apretar
Sabía como, cuando y donde gritar


No hay mal que dure 100 años
Cuando el aludido toma conciencia del tiempo
Para el, quizás, el tiempo es solo fantasía
Para ella, una agonía


El cielo y el infierno se mezclan esta noche
La saliva y la sangre se funden en las estrellas
Los ojos mienten, solo cree en la piel herida
Escucha los latidos del corazón, cuando gritan una última vez


El gran grito sordo enmudece el llanto del sol negro
Que solo vive impregnado en sangre y sudor...
Ella abre sus venas, empapa de fluidos la noche
Su vida queda resumida en cuatro reglones
Ella es madre es carne es vino y sangre
El es padre, gusanos, copas y sudor...
¡Salud, por la orgia de sentidos que pronostica la eterna luna roja!


Un...
Dos...
Tres...
Cuatro...


Un corazón deja de latir esta noche.